lunes, 24 de junio de 2013

EL MANEJO DE CUENCAS

Por la irregularidad de la superficie terrestre, las aguas que precipitan sobre ella fluyen o drenan en distintas direcciones, siguiendo el desnivel. La región o área de drenaje en que se recogen las aguas de lluvia y que fluyen hacia quebradas, arroyos y ríos, y que a su vez fluyen hacia lagos o mares se conoce como cuenca. El límite de una cuenca está definido por accidentes geográficos conocidos como divisoria de aguas, o sea, el borde superior más allá del cual las aguas fluyen en dirección opuesta, hacia otra cuenca.


La cuenca hidrográfica es una área de la superficie terrestre cuyo desagüe superficial confluye en un río principal. Así hablamos de la cuenca del río Rímac o de la cuenca del río Amazonas. La cuenca, en estos casos, tiene subdivisiones o subcuencas. El río Amazonas es la cuenca 1; el río Ucayali es la subcuenca 2; el río Tambo es la subcuenca 3; el río Ene es la subcuenca 4; el río Perené es la subcuenca 5; el río Paucartambo es la subcuenca 6; el río Entaz, que pasa por Villa Rica, es la subcuenca 7, etc.


¿QUÉ ES UNA CUENCA?             
Una cuenca constituye un sistema interdependiente donde lo que se hace mal o bien en la parte superior influye forzosamente en la parte inferior de la misma. Si en la parte superior se destruye la vegetación y se erosionan los suelos, las aguas de la zona inferior estarán sucias y con crecidas desastrosas. Si en la parte superior se vierten los relaves mineros, las aguas de la parte baja estarán contaminadas con sedimentos y elementos tóxicos para los seres vivos.

La cuenca es un factor que se debe tener en cuenta en la planificación del desarrollo integral de una región, especialmente en los aspectos referentes al uso del agua y, en general, a la explotación racional de los recursos naturales. El equilibrio ecológico regional está íntimamente ligado a la estabilidad de las cuencas.


El deterioro de las cuencas hidrográficas se ha convertido en uno de los problemas ambientales, sociales y económicos más importantes del mundo y de nuestro país, especialmente en la Costa, en la Sierra y en la Selva Alta. La tala de la vegetación y la contaminación están deteriorando el recurso agua de cuencas enteras, ocasionando costos y pérdidas importantes en infraestructura, vidas humanas y de inversión adicional.

Por ejemplo, en las vertientes occidentales andinas se construyen represas para almacenar agua y abastecer a la agricultura durante las épocas de escasez. Las represas se llenan o colmatan de sedimentos y su capacidad de almacenamiento de agua disminuye. Este proceso es acelerado cuando en la parte alta no se toman medidas de control de la erosión para desacelerar el proceso de colmatación. La represa de Poechos (río Chira, Piura) ha perdido en 17 años la cuarta parte de su capacidad de almacenamiento, que ha disminuido de 1,000 millones de m3 a 750 millones de m3. Esto significa que en 51 años más esa represa quedará reducida a un inmenso pantano y con muy escasa capacidad de almacenamiento.

EN CONCLUSIÓN            
En consecuencia, las cuencas deben ser manejadas con alta responsabilidad para evitar problemas graves en el presente y en el futuro. Este manejo responsable es de especial urgencia en aquellas áreas donde la escasez de agua es uno de los factores limitantes, como sucede en la Costa y en la Sierra. El manejo de una cuenca implica acciones importantes:

1. Planificar el desarrollo con una visión integral de la cuenca, teniendo en cuenta los impactos en todo el ámbito de la misma.

2. Tomar medidas muy estrictas para conservar o restituir la cobertura vegetal en toda la cuenca, pero especialmente en las partes altas, para controlar la erosión.

3. Evitar la contaminación de las aguas en toda la cuenca, porque implica serios problemas para la salud de las personas y costos de la producción.