Situación
crítica del litoral de Chimbote por erosión marina de la bahía “El Ferrol”
Blg° Rómulo E. Loayza Aguilar
La
bahía “El Ferrol”, localizada en Ancash (Perú), denominada “La Perla del
Pacifico en los 50’ por sus excelentes cualidades paisajísticas y su elevada
diversidad y abundancia biológica, fue la que posibilito el asentamiento de los
primeros colonos huanchaqueros y con ello el desarrollo de Chimbote. Esta bahía
significo para sus habitantes fuente de abundantes alimentos marinos, excelente
fuente recreacional, y por encima de todo esto, fuente de inspiración creativa
y fuerte identidad ciudadana. Cuenta la historia que los vecinos más notables
de los primeros años ’50, liderados por su entonces Alcalde, el Ing° Oscar
Arciniega, estaban convencidos que con la construcción del “Hotel Chimú” (entre
1945 y 1949), la bahía estaba destinada a promover el desarrollo de la ciudad
en base al desarrollo turístico industrial.
No
obstante las cualidades incomparables de la bahía “El Ferrol” frente a otros
escenarios de la costa peruana y las pretensiones con visión de futuro, a
mediados de los 50’, se inició en su litoral el desarrollo de las industrias
más grandes del país: pesquera y siderúrgica, que propiciaron a su vez un
crecimiento exponencial de la población humana, con seguridad una de las más
notables en la historia del Perú. Como se conoce, dada la magnitud con la que
contribuía la producción de harina y aceite de pescado y en la producción de
acero, Chimbote llego a ser calificado como el Primer Puerto Pesquero del Mundo
y Capital del Acero, sin embargo, no se había tomado en cuenta que esta
destellante situación solo era coyuntural, ya que este “desarrollo” se realizó
embargando el futuro de las generaciones de ahora, ya que originaron un proceso
de contaminación, también con seguridad el más notable de la historia del Perú.
De pronto frente al litoral de la bahía funcionaban 48 fábricas de producción
de harina y aceite de pescado y conservas de pescado, todas ellas disponiendo
sus efluentes cargados con trozos de pescado, escamas, sanguaza, agua de cola y
aceite, directamente a la bahía. La empresa siderúrgica por otro lado, también
disponía su efluente con grandes volúmenes de fierro y metales pesados
directamente a la bahía. Aun cuando las actividades industriales generaron una
gran cantidad de dinero circulante, las aguas domesticas también se comenzaron
a disponer, como hasta ahora, directamente a la bahía. Paralelamente al proceso
de contaminación indiscriminada, surgió mucha infraestructura portuaria, sin
orden o atendiendo al sentido común: se construyó un molón y gran cantidad de
muelles en toda la zona centro-norte, algunas fábricas invadieron la zona de
playa, se instalaron muchas tuberías en la zona de playa, etc.
La
configuración cerrada y no profunda de la bahía, que naturalmente le otorgaba
cualidades de singularidad, se convirtió en el factor que contribuyera a su
precipitada perturbación: las enormes cantidades de materia orgánica derivados
de la industria pesquera y los metales provenientes de la industria
siderúrgica, quedaron atrapados en su interior, lo que originó la desaparición
de la riqueza biológica al cambiar radicalmente la calidad de sus aguas y del
fondo, desaparecieron sus cualidades escénicas y recreacionales, y ahora
contamos con aproximadamente 53 millones de metros cúbicos de sedimento, que en
algunas zonas superan los 2,5 m de profundidad. La cantidad y desordenada
infraestructura portuaria, el parqueo de embarcaciones, altero la dinámica
marina, originando con ello un proceso erosivo.
De los
problemas detallados, la erosión es el que merece mayor atención, ya que ha significado
la pérdida en promedio de 150 m de playa y ahora perdida de continente con la
destrucción de infraestructura urbana, deportiva y de servicios; poniendo en
riesgo a más de 10000 habitantes de las zonas de Malecón Grau, Miramar, Florida
Baja, La libertad y Trapecio.
El
ingeniero Leopoldo Gonzáles, ex alto funcionario de la empresa del agua y
alcantarillado de Chimbote, señalo en algún momento que en 1974 la erosión era
evidente, y que entre 1976 y 1977 se construyó el enrocado entre las avenidas
G. Moore y J. Gálvez (casco urbano de la ciudad), enrocado que fuera
reconstruido recientemente y que ahora se proyecta hasta el Jr. Ancash, al sur
de la Plazuela “28 de Julio”. Para la construcción del primer enrocado, Livesey
& Henderson determinaron que entre el varadero INASSA y la plaza “28 de
Julio”, la velocidad de erosión entre 1969 y 1971 en promedio fue de 5 m año-1.
Entre los años 1997 y 2004, estimaciones hechas por el autor del presente nota,
se calculó que la velocidad de erosión frente a la plazuela “28 de Julio” era
de 10-12 m año-1. Actualmente el proceso erosivo sigue magnificándose y se
encuentra en el frente de la zona urbana de toda la población centro de la
bahía, llegando hasta el frente de Petro Perú en el “27 de Octubre”, al sur de
la ciudad. Esto podría significar el enrocar todo este tramo del litoral de la
bahía, a fin de proteger las viviendas y defender la salud e integridad física
de las personas, sin que ello signifique la solución definitiva del problema,
ya que el enrocado alienta el proceso erosivo, tal como se puede apreciar en
las rocas del reciente Malecón Grau, que progresivamente se están abriendo y
desestabilizando.
Los
impactos que se producen producto del proceso erosivo, y que se observa desde
1990, son de varios tipos: a) la destrucción de viviendas, como las que
estuvieron ubicadas inmediatamente al sur de la plazuela “28 de Julio”, lozas
deportivas, infraestructura de servicio de agua y desagüe instaladas a lo largo
del litoral, centro educativo como el República de Francia, fabricas, como
Fakiu, etc., b) la enorme producción de spray marino, generado al reventar las
olas sobre el enrocado, ahora mucho más grandes que en los años ’50, y
exacerbado en momentos de oleajes anómalos, origina que toda la zona litoral se
encuentre bajo esa “ducha” de agua marina, c) el spray marino, impacta a las
estructuras de las viviendas por corrosión de los ladrillo, concreto armado y
los fierros, poniendo en serio riesgo estas estructuras y la integridad física
de las personas que las habitan, frente a un eventual movimiento sísmico, d) el
spray marino también está originando problemas bronco respiratorios en las
personas que habitan casas construidas precariamente en esta zona, en el que la
mayoría son de baja condición económica, e) en tanto las aguas domesticas en la
ciudad se descargan crudas directamente en la bahía, a través de buzones
colectores y una serie de drenes a lo largo del litoral, todo el material
orgánico al entrar en la dinámica del oleaje, se dispersan con el spray marino
y obviamente se constituyen en riesgos sanitarios para la salud de la población
en la zona de influencia del spray, incluidas las que se ubican y transitan por
el Malecón Grau.
Para
contener el proceso erosivo, desde hace más de 20 años se comenzó disponiendo
grandes cantidades de desmonte en el frente de playa de la plazuela “28 de
Julio”, situación que en estos últimos años se ha incrementado, no solo en
cantidad, sino en extensión, ya que ahora se dispone de este material hasta el
barrio Trapecio, habiéndose convertido en un crónico círculo vicioso, ya que la
acumulación de este material por acción del oleaje y las mareas, en muy breve
tiempo quedan debajo del mar. Por otro lado en varios tramos del litoral
actualmente se vienen colocando rocas, que también correrán el mismo destino.
El
riesgo que actualmente resulta preocupante es porque en algunos tramos frente
al barrio La Libertad, el mar, al 5 de junio del presente año, se encontraba
apenas a 10 m de las viviendas, separadas por escombros de la construcción. En
tanto todo el litoral no enrocado requiere de este tipo de material para
contener el proceso erosivo, podría llegar el momento en el que la cantidad no
sea lo suficiente, y muchas viviendas correrían el riesgo de ser destruidas.
Actualmente
se cuenta con un Plan de Acción para la recuperación de la bahía “El Ferrol”
propuesto por la Comisión Técnica Multisectorial de Alto Nivel para proponer la
recuperación y manejo ambiental de la bahía (CTM), designada con DS
005-2002-PE, y para ejecutar dicho Plan se cuenta con la Comisión Técnica de
Trabajo, designada por el Gobierno Central con RS N° 004-2012-MINAM, que viene
trabajando desde hace aproximadamente 1 año; sin embargo, la situación
sumamente critica derivada del proceso erosivo, requiere como primer paso una
decisión política urgente para solicitar que la bahía se declare en emergencia,
que a no dudarlo debe ser de mera responsabilidad del Alcalde de la
Municipalidad Provincial del Santa. Se requiere que el Señor Alcalde de la
Provincia del Santa además lidere el proceso para lograr la declaratoria en
emergencia, convoque a un grupo de técnicos a fin de proponer e implementar las
medidas urgentes que el caso amerita, como por ejemplo: a) mapear y retirar
toda la infraestructura que entorpece la dinámica marina, como muelles,
tuberías, etc., b) reubicar a las familias sometidas a impactos y riesgos, c)
evaluar una mejor alternativa que el enrocado o la colocación de desmontes para
contener el proceso erosivo, d) retomar los estudios sobre la dinámica marina,
a fin de identificar y ponderar las causas responsables del proceso erosivo y
des este modo establecer técnicamente las acciones que finalmente deben
permitir la recuperación ambiental de la bahía. Obviamente que estas
actividades significan la inversión de mucho dinero, para lo cual se la
declaratoria en emergencia debe servir para disponer del financiamiento
necesario, que podría provenir del Gobierno Central y de modo particular del
Gobierno Regional de Ancash.
La
bahía “El Ferrol” sobre todo en su actual condición, no puede estar al margen
del interés político y administrativo de la ciudad, de allí que las
aspiraciones de toda la población por recuperarla, deben definidamente estar
lideradas por el Señor Alcalde de la Municipalidad Provincial, como ya ha
ocurrido con la recuperación de la bahía Talcahuano en Chile, en donde ahora su
población se siente reconocida por la actitud política adoptada en su momento.
El gobierno de turno debe declarar en emergencia la bahía "El Ferrol" por la problemática que está viviendo, pero eso llevara un tiempo para que su prioridad sea la parte ambiental, se debería sensibilizar a los gobiernos con educación ambiental y planificación sostenible en el tiempo, como una inversión posterior.
ResponderEliminarTodo el problema ambiental que vivimos es por culpa del gobierno, ya que somos el claro ejemplo de ellos, en años anteriores se ignoraba la importancia de mantener el ecosistema en buenas condiciones ambientales, nadie se preocupaba por los desechos. Hasta que llego el día en que gran parte de nuestros recursos estan siendo contaminados y que la remedación cuesta más trabajo, esfuerzo y dinero que prevenirlos. Todo es cuestión de educación Ambiental enseñar las medidas correctas de usar y cuidar los recursos hidricos y si la comunidad no escucha entonces se les gastiza con trabajos comunitarios, penalidades, etc.
ResponderEliminarLamentablemente los planes de acción para recuperar una bahía, son muy caras y requieren que se realice un buen proyecto para buscar financiamiento.En el Perú, lamentablemente las autoridades no entienden esta problemática, y sería bueno que se haga un plan nacional para recuperar este tipo de zonas ecológicas.
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