La complejidad de los mecanismos
hidrológicos en los medios urbanos es poco conocida en la región. El tema de hidrología
urbana se vincula tanto a la cantidad como a la calidad de agua que debe
manejarse durante una tormenta. El rápido crecimiento de las concentraciones urbanas
impone una serie de situaciones conflictivas entre sus habitantes y el agua.
Uno de estos conflictos es originado por las aguas de escurrimiento superficial
por causa de un deficiente sistema de control del drenaje superficial urbano en
cantidad y en calidad. El crecimiento urbano desorganizado es la causa más
frecuente de catástrofes graves en varias ciudades de América latina.
Varias ciudades de la región
presentan condiciones adversas para hacer frente a los excesos de agua durante tormentas
prolongadas lo cual impone altos costos a la población para poder enfrentar las
situaciones no deseadas. El costo normal de construcción de sistemas de evacuación
de aguas de lluvia en zonas urbanizadas es tres a cuatro veces mayor que el de
abastecer a la misma zona con agua potable o proveerla de sistemas de tratamiento
de desechos sólidos. Construir una tubería de evacuación de aguas de lluvia
equivale o supera el costo de una pista de circulación de automóviles.
Debido a esta realidad los
enfoques al manejo de aguas de lluvia han evolucionado paulatinamente en los países
más industrializados como Francia. En dicho país, a principios del siglo pasado
la población urbana asoció la presencia de enfermedades con las aguas
estancadas en charcos que quedaban luego de una lluvia. Se desarrolló entonces
el concepto de evacuar estas aguas lo más rápidamente posible. Se diseñaron
consecuentemente enormes redes subterráneas de colectores de aguas de lluvia o
aguas “sucias” después de haber lavado la ciudad.
En Francia, en 1894, se dictó
inclusive una ley que se titulaba “todo al desagüe”. En esa época se disponía
sólo de una red única de ductos subterráneos para el desagüe doméstico y de
industrias y la evacuación de aguas de lluvia.
Entre las dos guerras mundiales
se comenzaron a construir plantas de tratamiento de aguas servidas. Estas plantas
se veían sobrepasadas en su capacidad al ocurrir tormentas. En ese entonces se
optaba por evacuar los excedentes de agua, por sobre la capacidad de las
plantas de tratamiento, a los campos vecinos, ríos y lagos bajo el supuesto que
estas aguas mezcladas de desagües domésticos, industrias y lluvias se auto—depuraban
solas y además los químicos y otros residuos se diluían en la gran masa de
agua. Suponían que así se evitaban los riesgos para la salud y el medio
ambiente.
A partir de la década de los
cincuenta se decide construir sistemas de evacuación de aguas de lluvia separados
de los sistemas de desagüe doméstico y en lo posible también independientes de
los de zonas industriales. El problema de la evacuación de aguas de lluvia, sin
embargo, adquiere dimensiones cada vez más preocupantes. Se percatan primero
que el costo de construir los sistemas de drenaje subterráneo son enormes.
Además constatan que la gravedad de la contaminación de las aguas de drenaje
urbano superficial son tanto o más graves que las de residuos domésticos en particular
por la presencia de metales pesados. Los sistemas colectores no hacen más que
concentrar esta contaminación en algún punto de salida siendo más grave en ese
lugar.
El tema de mantenimiento y
operación de los colectores se hace aun más complejo dado que la ciudad, al
crecer constantemente, crea nuevas microcuencas urbanas con cada modificación
de la superficie debido a la construcción de vías de transporte y edificaciones
de todo tipo. Estas microcuencas totalmente pavimentadas en algunos casos
responden de manera muy rápida a una lluvia y vierten sus descargas de acuerdo
a los cambios de topografía causados por los movimientos de tierra. Los colectores,
diseñados para otras condiciones, colapsan por el incremento del agua aportada
y colapsan también durante las tormentas por obstrucciones no programables lo
cual implica que es necesario tener capacidad de operar el sistema de
evacuación con información en tiempo real.
Todo ello redunda en un aumento
de costos para evitar inundaciones en zonas habitadas así como en tratamiento de
las aguas de escorrentía, sobre todo las “puntas” de agua ("first
flush") que vienen con mayor cantidad de residuos químicos y metales
pesados.
La preocupación por encontrar
medios para abaratar los costos de manejo de aguas de lluvia tanto en calidad como
en cantidad hace surgir la opción de la “detención e infiltración” de estas
aguas en todo el trayecto en que escurre. Es decir que la mejor solución
encontrada no es en tratar de que el agua de lluvia se evacue lo más rápido posible,
si no en detenerla en una serie de lugares como estanques, plazas, jardines y,
en general, depresiones controladas con vertederos el tiempo suficiente para
que se infiltre una buena cantidad de las aguas. Estos decantadores de agua
deben diseñarse durante el proceso de planificación del uso del territorio o,
en su defecto, deben habilitarse mediante compra de espacios apropiados para
hacerlos. Las agencias de cuenca de Francia, bajo el principio de que debe
haber solidaridad entre los usuarios del agua y habitantes de una misma cuenca
invierten.
Publicado por.
Mag. Ing. Fernando Vàsquez Perdomo
Eso es lo que paso, en el último incidente el mes de febrero pasado en Arequipa. Donde por la gran cantidad de lluvia en las partes altas de la ciudad, ocasiono que dichas aguas busquen su caudal natural. Pero por la irresponsabilidad de las personas que construyeron sus viviendas practicamente en el cause natural. Ello hizo que se genere distorsiones y cambio de dirección de las aguas.
ResponderEliminarEn Ayacucho hace 03 años paso un accidente lamentable por la falta de un adecuado análsiis de riesgos de desastre debido a un huayco proveniente de la quebrada denominada Picota, la cual cobro muchas vidas humanas y fue una semana muy triste para todos los Ayacuchanos, al sentirnos debiles ante la furia de la naturaleza. Actualmente no hay mejoras ni obras orientadas a minimizar estos riesgos y posiblemente las precipitaciones inusuales generaran nuevas muertes, ya que las quebradas siguen repletas de residuos sólidos, piedras y material suelto.
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